Leído en expansion.com
Ni departamentos llenos de ego ni grupos creados desde abajo. Para
que un equipo tenga éxito es necesario que sea hetereogéneo y que beba
de lo mejor de la cantera y de los fichajes estrella.
Mourinho y todos sus éxitos -usemos una analogía futbolística
para comenzar- no le han servido en su etapa en el Chelsea, un equipo
que ha rozado el descenso. En la mente de muchos directivos todavía
pesan los éxitos del pasado. Triunfos que dibujan la figura del fichaje
estrella y que, en cierto sentido, se necesita en cualquier equipo
porque, y sólo si no es víctima de su ego, puede ser el mejor maestro
para cualquier profesional que busque la cima. Pero es peligroso formar
un equipo únicamente con estos perfiles, porque "suelen ser personas con
un elevado ego que, como una bestia, necesita ser alimentado
constantemente con halagos y reconocimiento público. Esto puede traer
consecuencias negativas para el resto del equipo, pues puede producir
efectos tan devastadores como la envidia y el resentimiento", advierte
Genoveva Vera, coach y experta en liderazgo.
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