Todos nosotros tenemos unos hábitos de trabajo si llevamos mucho tiempo dedicados a un puesto en concreto. A veces no nos damos cuenta de ellos porque estamos en una zona de confort de la que no queremos escapar. Puede que en algunos sectores estas rutinas no sean del todo malas pero a la hora de convertirse en emprendedor todo cambia.
Es un puesto que requiere mayor autoridad y a la vez mayor libertad. Tus acciones y movimientos no sólo influirán en la productividad y salud de la empresa, sino que eres un reflejo para todas aquellas personas que trabajan contigo. Debes inculcar una forma de trabajar y unos valores que sientan como suyos y que formen parte de la compañía.
Si estás pensando en montar tu propio negocio debes tener en cuenta estos malos factores e intentar eliminarlos antes de comenzar
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