Cuando los vientos son desfavorables y existe peligro de perder el rumbo, es necesario demostrar la capacidad para enfrentar una situación poco esperanzadora. Muchos caen en el desaliento; otros ven entonces una oportunidad, un desafío en el que será preciso entregarse a fondo; los tiempos de crisis son propicios para engendrar soluciones nuevas a viejos problemas. Justo lo que necesitan quienes poseen ese talante emprendedor que les impulsa a abrir nuevos caminos.
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