Premios, foros, encuentros empresariales. La cultura del negocio en fascículos y programas de formación continúa. No pasa día sin que atasque la bandeja de entrada una decena recetas para levantar Andalucía. Es la berrea del emprendedor. En ocasiones no diferencio entre ser o estar emprendedor. Hay tal magnitud de convocatorias y presión para montar o renovar la propia empresa que hasta en las sobremesas de cuñados se habla de inversiones salmón.
Para ser buen consultor sólo hace falta haber enterrado un par de empresas propias y afear el balance en la contabilidad ajena.
Con tanto networking o evento acreditado por azafata, apenas queda tiempo para trabajar. No hay día de la semana sin charla de gurupollas y recetas de tuitayuda combinadas con las ahorrativas cañas canaperas.
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