El “A qué huelen las nubes” de aquel anuncio de compresas se queda corto en comparación con algunos mensajes de fomento del 'emprendimiento'. Instituciones del más variado pelaje se han sumado a la burbuja emprendedora: gobiernos, ayuntamientos, asociaciones, universidades y hasta los bancos que luego deniegan créditos a las pymes no cesan de repetirnos que emprender es guay, es fácil y está al alcance de cualquiera. Vamos, que quien no monta una 'startup' es porque no quiere.
Lo que no cuentan es que emprender puede perjudicar seriamente la salud: la mental y también la física. Porque el proceso de creación de una empresa es tan duro y absorbente que inevitablemente pasa factura psicológica al emprendedor y a su entorno más cercano. Ser consciente de lo que se está viviendo es el primer paso para afrontar esta apasionante aventura de manera sana y que no se vaya de las manos, según advirtió el pasado jueves la psicóloga y 'coach' Miriam Aparicio a los emprendedores alojados en la aceleradora Bolt.
No se trata de desanimar a nadie, sino de que los jóvenes que tienen vocación emprendedora sean conscientes de qué camino están empezando y cuáles son los obstáculos que probablemente encontrarán. A su favor, los emprendedores cuentan con dos poderosas armas: pasión y disciplina.
Leer artículo completo
No hay comentarios:
Publicar un comentario