Montar tu propia empresa no solo es una cuestión de dinero, también lo es de actitud e impulsividad. Es más, en realidad casi todos tenemos 'sangre de empleado', o lo que es lo mismo, preferimos trabajar por cuenta ajena en lugar de crear nuestra propia empresa para emplearnos. Según un estudio alemán publicado en 2013, existe una gran diferencia entre las personas que prefieren ser empleadas y las que tienen alma de emprendedoras: Mientras un empleado suele ser un experto especializado en un tema, un emprendedor suele haber tocado muchos palos y haber probado suerte en ramas profesionales diferentes, aparentemente no conectadas entre sí. El icono de este rasgo es Steve Jobs, el fundador de Apple.
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